
Los jardines de rocas o rock gardens pueden parecer atemorizantes al principio, pero hazlos bien y pueden ser muy divertidos.

Los jardines de rocas pueden parecer amigables y agradables, pero como lo atestiguan las rodillas y los codos de muchos ciclistas de montaña, a menudo pueden ser traicioneros. Pero eso no significa que deba pasar sus paseos evitándolos, ya que una vez que se manejan correctamente, pueden ser muy divertidos y, de hecho, más fáciles de lo que parecen.
1. Afloja ese agarre mortal
Es muy fácil agarrarse al acercarse a ese peligroso jardín de rocas en el que ha estado sudando. Tu agarre se aprieta, junto con tus brazos y piernas, convirtiéndote en un palo de salto gigante con la palabra caída escrito por todas partes. En su lugar, intente suavizar un poco ese agarre y flexione las piernas y los brazos. Esto le dará más control y la capacidad de absorber los golpes. Solo recuerde, si bien su elegante suspensión hace una gran diferencia, nada se compara con la capacidad de absorción de impactos de sus extremidades, así que úselas con prudencia.

2. Mirar hacia adelante
Mirar fijamente la rueda delantera cuando golpea características técnicas es un error común en muchos ciclistas de montaña y algo que a menudo puede terminar en una caída desagradable. Mire hacia adelante y elija su línea con mucha anticipación, entonces podrá anticipar en lugar de reaccionar a los obstáculos técnicos. Mire cualquier carrera cuesta abajo para ver esta técnica en acción: la línea de ojos del ciclista casi nunca mirará hacia abajo a su rueda delantera, en cambio, mirará bien por el camino, preparándose para la siguiente sección.
3. Mantenga sus pedales nivelados
En jardines de rocas más largos, puede ser tentador dar un pedalazo para darle un poco más de velocidad, pero esto a menudo hace que se separe rápidamente de su amado corcel cuando sus pedales se estrellen contra una roca y salga volando sobre el manubrio. Esto se puede prevenir fácilmente manteniendo los pedales nivelados en todo momento.

4. La velocidad puede ser su amiga
Este parece un poco contradictorio, pero a menudo la velocidad es tu mejor amiga cuando te enfrentas a un jardín de rocas. No estamos hablando de golpear esa sección aterradora a toda máquina, ya que eso solo terminará en lágrimas. Sugerimos agregar un toque de impulso adicional, que puede ayudarlo a deslizarse y rebotar sobre las rocas, en lugar de atascarlo en los huecos. Solo recuerde aumentar lentamente y usar su cuerpo para absorber los golpes.
5. No todas las rocas son iguales
Cuando empiece por primera vez en su búsqueda del dominio del jardín de rocas, es importante darse cuenta de que no todas las rocas son iguales, especialmente cuando se trata de agarre. Algunos parecerán ser imanes de tracción certificados, solo para que usted luche por el agarre, mientras que otros pueden ofrecer más cosas buenas de lo esperado. Aprender a leer las señales, ya sea musgo, manchas húmedas o sombras, puede llevar tiempo y práctica, pero es una habilidad esencial en el arsenal de su jardín de rocas.