
¿Luchando por ponerse de lado? Nuestros seis consejos principales le mostrarán cómo comenzar con el látigo.
Si bien los trucos como los backflips dobles y los tailwhips parecen bastante salvajes, creemos que lanzar el látigo clásico es una de las cosas más elegantes que puedes hacer en el ciclismo de montaña. Parecen bastante simples, pero sacar uno excelente requiere mucho tiempo y práctica. Aquí hay seis consejos principales para comenzar.

1. Ponte cómodo en el aire primero
Suena obvio, pero debes sentirte muy cómodo saltando tu bicicleta y, en general, estar en el aire antes de intentar lanzar un látigo. Esto no significa que tengas que enviarlo con grandes golpes, ya que también puedes lanzar látigos con pequeños saltos. Encuentra un salto con el que te sientas cómodo y repite hasta que sea una segunda naturaleza. Una vez que se sienta cómodo, es hora de intentar ponerse de lado.

2. Empieza antes de despegar
Un buen látigo comienza mucho antes de que estés en el aire, ya que debes cortar el borde en un arco para que la bicicleta se mueva hacia los lados. Es solo sutil, pero cortar el borde y girar la rueda delantera le da a la bicicleta el impulso para comenzar a moverse hacia los lados.
Comience poco a poco, trabaje en el tallado y el giro de la rueda, luego vuelva a poner todo en orden antes del aterrizaje. Si gira la rueda delantera hacia la izquierda, piense en girar los hombros en sentido antihorario. Si gira la rueda delantera hacia la derecha, sus hombros deben girar en el sentido de las agujas del reloj.

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3. Gira las caderas
Una vez que domines el tallado en el borde y hayas marcado esos dulces giros de la rueda delantera, es hora de comenzar a mover gradualmente la rueda trasera hacia los lados. Mientras que el giro de la rueda delantera proviene de tus brazos, es girar y mover tus caderas lo que hará que salga la rueda trasera. Si ves a un ciclista profesional lanzar látigos, su pecho permanece relativamente quieto, permaneciendo recto en el salto.
Como siempre, comience poco a poco y vaya subiendo, realizando un salto y trabajando en mover la rueda trasera más hacia afuera cada vez.

4. Detén tu impulso para un aterrizaje dulce
Enderezar la bicicleta hacia atrás para un buen aterrizaje a menudo puede parecer la parte más difícil, pero es similar al despegue, solo que al revés. Si giró la rueda delantera hacia la izquierda y su rueda trasera gira en sentido contrario a las agujas del reloj, detiene su giro girando la rueda delantera y lanzando su impulso hacia la derecha (o en el sentido de las agujas del reloj). Si azotas al revés, el proceso se invierte. Este suave cambio de impulso hará que la bicicleta vuelva a girar en línea recta para un aterrizaje sólido.
5. Elije sabiamente tus saltos
Aunque puedes realizar cualquier salto, algunos son más fáciles que otros, así que cuando estés aprendiendo, los fáciles son un buen punto de partida. Los mejores saltos son de cadera, donde el aterrizaje se realiza a 90 grados del despegue. Un salto de cadera te permitirá acostumbrarte a lanzar la bicicleta hacia los lados sin tener que preocuparte por ponerla totalmente recta para el aterrizaje.
6. Recuerde que es un proceso en evolución.
Nuestro consejo final es recordar que, a diferencia de un truco como un 360 o un barspin, que aterrizas o no, un látigo es un proceso en evolución. Así que recuerde, comience poco a poco y vaya progresando. Se necesita mucho tiempo para que se vean como los profesionales, pero un látigo con estilo es una de las mejores sensaciones en el ciclismo de montaña, por lo que vale la pena el esfuerzo.